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LOS NÚMEROS QUE INDUCEN A UN POPULISMO SALVAJE

Reflexiones de Actualidad Política

Por Julio A Altagracia G Presidente del PVUD  

El Horizonte, Santo Domingo RD.- Desde el inicio mismo del gobierno de Luis Abinader, el 16 de agosto de 2020, fue notoria su inquebrantable decisión de inaugurar un nuevo modelo en el quehacer político y en la administración de los bienes del Estado, tomando como insignia la decencia, la transparencia, la eficiencia y el respeto, con cero tolerancia e impunidad con quienes se desviaran de sus responsabilidades en el cumplimiento cabal de sus obligaciones, asuntos estos cuyo cumplimiento lo ha colocado en la cúspide de la admiración y aceptación de todos los poderes fácticos del país y la sociedad dominicana, en su inmensa mayoría.

Hablar de un candidato a la reelección en nuestro país, y en momentos tan difíciles como los que le ha tocado gobernar, por las crisis mundiales conocidas, las más grandes en la historia moderna del planeta, y aun así hoy puede exhibir los más altos porcentajes de aceptación popular de cara a las próximas elecciones generales,   colocándose por encima del 60% en la intención del voto en todos los renglones electorales el cual constituye un fenómeno excepcional,   nada comparable con lo que está sucediendo en nuestro entorno geográfico y gran parte del mundo.

Es sin duda, algo admirable. Es entendible entonces, que la oposición política, por demás dividida, advierta que en estos momentos está irremisiblemente derrotada, faltando en la práctica, un mes para las elecciones municipales y cuatro para las generales, cuyo porcentaje en la intención del voto, juntos toda la oposición, no sobrepasa el 36%, según lo prevén los sondeos más serios y creíbles que se están presentando periódicamente, en los cuales se percibe con claridad una tendencia a la baja, sin vislumbrarse posibilidades de cambio, a menos que surja algo muy grande e impredecible.

Es notorio y llama la atención que esta situación se está dando no obstante el liderazgo de la misma haber orquestado y manejado una agresiva estrategia política, sobre la base de promover un salvaje populismo, nada comparable a lo que habíamos vivido anteriormente y a los que establecen las buenas prácticas, movidos tal vez, por la inexplicable ausencia de contenido u oferta seria y honesta, que lo ha llevado a incurrir en las más sensibles contradicciones históricas, cargada de oportunismo, demagogia, montajes, falacias, banalidades e injustas descalificaciones, a todos aquellos que contradicen sus actuaciones.

Está claro que el partido La Fuerza del Pueblo, en una lucha sin cartel, poco exitosa, está enfrentando en estos momentos, dos adversarios políticos fuertes, uno el PLD y el otro el PRM y su gobierno, a quienes les ha declarado una guerra sin cuartel, la cual, en el caso del PLD, la disimula con la llamada Alianza Rescate RD, y a ambos con una confrontación irracional, buscando espacio de publicidad y proyección social, sin importar niveles de populismo ni la renuncia al cumplimiento de las más elementales normas de respeto y prudencia, en la creencia de que su actuación les generará simpatía electoral, cuando en realidad los que se advierte y aprecia es que está sucediendo todo lo contrario.

Los acontecimientos catastróficos que vivió el país, viernes y sábado de la semana pasada, en ocasión de la caída en 24 horas, de la mayor cantidad de agua que registra la historia dominicana en la capital y el país, para lo que nuestras estructuras no estaban preparadas y colapsaron muchas de ellas, ya sea por culpa de nadie o por culpa de todos, han sido utilizados por la oposición como una tabla de salvación, o la gran oportunidad de accionar para utilizar los efectos de ese fenómeno con la intención de acortar la enorme distancia que los separa, en aceptación popular, del PRM y sus candidatos, con el Presidente Luis Abinader a la cabeza.

Todo parece indicar que para el liderazgo de la FP y otros, no importó la dolorosa situación que vivía el país en esos días, en especial las familias de los fallecidos y afectados, para que, pasando por altos la magnitud de la tragedia, aprovecharan el colapso de una de las losas laterales del paso a desnivel de la 27 de Febrero, con trágicas consecuencias, para salir de inmediato a construir la forma de atribuirle la responsabilidad de los acontecimientos atmosféricos, al Presidente de la República, Luis Abinader, y su gobierno, dando a entender que los efectos catastróficos que azotaban al país, y el sufrimiento de nuestra gente, eran menos importantes que sus intenciones politiqueras.

Sin embargo, debemos entender que es evidente que con unos números que no logran subir en la aceptación popular, más la fallida estrategia de criticarlo todo, sin importar el o los daños en que se incurran, la oposición -PLD y FP- se encuentran entrampadas entre la espada y la pared, obligadas, en su desesperación, a incrementar y mantener sus andanadas de críticas irracionales, como el caso del científico don Osiris de León, mismas que están siendo observadas con preocupación por importantes segmentos de la sociedad, con la esperanza de cierta moderación, en sus legítimos derechos de promoverse, pero preservando, por encima de todo, los intereses del pueblo dominicano y la honras bien ganadas de muchas personalidades de nuestra sociedad.

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