EN PRIMER LUGAR SIEMPRE DIOS, BENDICIONES.
ClasificadosOpinion

TODO ESFUERZO PARA PROMOVER Y DESARROLLAR UNA CLASE POLÍTICA DECENTE Y TRASPARENTE, DEBE SER APOYADO

Reflexiones de Actualidad Política

Por Julio A Altagracia G presidente del PVUD  

El Horizonte, Santo Domingo RD.- Todo esfuerzo para promover y desarrollar una clase política decente y trasparente no solo debe ser apoyado, sino estimulado. Lo anterior viene al caso, porque sin identificar culpable, porque en política nuestras actuaciones nos identifican y además, porque posiblemente, en mayor o menor grado todos lo somos, pero la realidad es que los recién pasados procesos electorales mostraron al desnudo el lugar crítico en que hemos caído, en el descenso de la calidad del discurso y el comportamiento político, con el agravante de que muchos lideres y dirigentes, quizás por incapacidad, frustración y/o resentimientos, entienden, promueven y actúan sobre la base de la degradación de instituciones y adversarios, pretendiendo que se le vea e identifiquen igual a ellos, conducta está que debe recibir el rechazo colectivo.

En este orden de cosas se requiere con urgencia repensar, encausar y dar un giro a ese comportamiento aberrante, en el quehacer político de nuestro país, porque nuestra democracia así lo exige, so pena de perecer, imponiéndose la necesidad de renunciar a las ambiciones personales, para asumir y promover la agenda nacional.   Esto debe ser un compromiso y una responsabilidad que se asuma como tarea colectiva, por parte del liderazgo social del país, cuyo inicio tiene carácter inmediato de manera inaplazable.

El cuatrienio de gobierno que termina en agosto ha dejado lesiones sumamente interesantes que nos obligan a tomarla muy en cuenta de cara al cuatrienio 2024-2028. Esas lecciones nos imponen la necesidad de observar, evaluar y valorar las actuaciones de lideres y partidos políticos. Nos obliga a promover cambios, que de no hacerlo producirán consecuencias lamentables.  Es imprescindible que renunciemos y abandonemos la estrategia política de importantizar el procedimiento para desnaturalizar la inconducta, es determinante que renunciemos a los pretextos de justificar el mal hacer sobre la inefable excusa de que otros lo hacen igual o peor.

Es de rigor que abandonemos la manipulación para confundir y dañar. Es de honor que actuemos con los mejores intereses del país. En línea con estos conceptos debemos aceptar, como regla general, que las inconductas son malas, sin importar de donde vengan y que ellas generan
consecuencias que no se borran con evasivas y mucho menos con justificaciones irresponsables.

Las circunstancias de ahora nos obligan a observar, valorar y aprovechar sin mezquindad, que en nuestro país se inauguró en agosto 2020, un novedoso estilo en el quehacer político y en la administración pulcra de los intereses del pueblo, cimentado en la transparencia, honestidad, ética, eficiencia y humildad del presidente Luis Abinader.

Debemos admitir sin reparos, que el 16 de agosto 2020, la decencia y a honestidad se mudaron al Palacio Nacional, para cambiar el estado de las cosas. Debemos reconocer sin mediocridad que el manejo y el comportamiento del presidente Abinader, lo han erigido en el líder político más creíble y admirado de nuestro país, algo que nos debe servir de ejemplo y modelo a los fines de asumir patrones de conductas políticas más acordes con los sentimientos de nuestra sociedad.

En línea con los conceptos anteriores, somos de opinión que la escuela del comportamiento decente en el quehacer político de nuestro país debe empoderarse y seguir el modelo puesto en marcha y orientado con su conducta personal por el presidente de la República. Es una conducta que molesta a algunos, sobre todo en la oposición, pero que no obstante avanza, se consolida y vino para quedarse, por lo que debe ser asumida por todo el liderazgo social y las organizaciones políticas de manera particular, en las formas y condiciones que escojan e inclusive sin tener que dar crédito a nadie, sí así lo desean, incluso presentarlo como iniciativa propia, sí eso le hace sentir bien, ya que ésta es la única forma para seguir siendo una nación en pleno proceso de desarrollo y de cambios innovadores orientados a la transformación de nuestras estructuras e instituciones estatales.

Tomando en cuenta las debilidades en el comportamiento de lideres políticos en los procesos pasados y más bien de cara al próximo cuatrienio de gobierno, que inicia ahora el 16 de agosto, en el que se vislumbra un accionar político de la oposición orientado con el mismo comportamiento de la campaña electoral pasada, nos obliga a observar, valorar y prevenir, con ojo crítico, esas actuaciones en virtud de que las circunstancias del país y el mundo nos imponen de manera irrenunciables un proceso de reformas estructurales, inaplazables y traumáticas, pero indispensables para el crecimiento y la estabilidad de nuestra economía y desarrollo, para lo cual debemos tratar de evitar que el oportunismo en la ambición obsesiva o necesaria de volver de nuevo los conduzca a un estado de populismo, agitación y perversión, que induzca a sectores que pudieran sentirse afectados por los efectos de las reformas a caer en actos de perturbación del orden y la tranquilidad de la sociedad dominicana.

El pueblo dominicano ha demostrado que quiere vivir en paz y orden y para ello está consciente que habrá sacrificios y está en disposición de afrontarlos, los votos de mayo así lo demuestran y por eso se impone hoy más que nunca, el apoyo sin reserva a todo esfuerzo para promover y desarrollar una clase política decente y trasparente, como una necesidad nacional.

Dr. Julio Ant. Altagracia Guzmán

Compartir:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

EN PRIMER LUGAR SIEMPRE DIOS, BENDICIONES.