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La oposición en búsqueda de impunidad hace y hará de todo en busca de protección

No sólo en la Cámara de Cuentas.  Reflexiones de Actualidad Politica. Por Dr. Julio Altagracia Pdte del PVUD

El Horizonte, Santo Domingo DN, RD.- Resulta deprimente y vergonzoso el estado de descredito en que ha caído la Cámara de Cuentas de nuestro país, con los escándalos público, a los que la han sometido sus integrantes y funcionarios, en una lucha, según se dice, para impedir que se conozcan los resultados de varias auditorías realizadas a las pasadas gestiones de instituciones estatales.

Sin embargo, hay que admitir que lo de la Cámara de Cuentas, no es más que el reflejo de los que acontece en el país, a raíz de haber sido desplazada del gobierno, la administración peledeista y fupista, el 16 de agosto del 2020, y con ello el destape de los mayores actos de corrupciónes e impunidad que se registran en la historia de la República Dominicana, en los que el Ministerio Público, ha jugado un papel estelar, con marcada profesionalidad y responsabilidad.

Esto ha dado lugar a que el liderazgo de esas organizaciones políticas, hayan asumido la actitud de emprender y desarrollar las más cruentas acciones publicitarias, a través de las redes sociales y otros medios, con el único propósito de enlodar, desnaturalizar y descalificar las obras y acciones del Presidente Luis Abinader y sus funcionarios, sin importar la naturaleza, ni quien sea, con el interes de crear y promover la sensación y la idea de que en la política dominicana todos somos iguales en cuanto a corrupción e ineptitud y que por tanto,  éste es un tema que no puede tocarse, ya que perjudica a todos y no va a ser tomado en cuenta por los ciudadanos a la hora de votar en las próximas elecciones.

Esa estrategia política, orientada con la campaña que hemos hecho referencia, parece indicar, que es la única alternativa que pueden asumir, al carecer de elementos para desmentir y limpiar el lastre de corrupción e impunidad, que nauseabundamente se airean a diario,  como pólvora, en todos los medios de comunicaciónes y en los que la inmensa mayoría de sus coautores se han declarados culpables y han procedido a devolver bienes y dinero, adquiridos de manera irregular, colocando a sus organizaciones y su liderazgo a sustentar sus propuestas electorales sobre:  Montajes, falacias, descalificaciones, detractacciones y demagogias indignantes.

En nuestras Reflexiones, publicadas durante los últimos casi 3 años, hemos sido coherentes y constante en la advertencia de que por esa dirección vamos por mal camino, porque  si de verdad queremos un mejor país, la corrupción administrativa en el Estado, debe ser rechazada y condenada en cualquiera de sus manifestaciones y jamás debe dar lugar a que connotadas personalidades de la nación, con una hoja de servicios públicos y privados enmarcados dentro de la honestidad y el buen hacer, se presten, por algunas razones a defender y/o coincidir con esas malsanas acciones, como indicación clara de que algo anda mal en nuestra sociedad.

Tampoco debemos permitir y mucho menos prohijar que el principal deber de la oposición política, de orientar, vigilar, denunciar, criticar y frenar los desmanes del Presidente y sus funcionarios, se desnaturalice, al conducir todos sus esfuerzos sólo desacreditar y torpedear todos lo que se refiera a las ejecutorias del gobierno, sin tomar en cuenta acciones nobles y/o honras bien ganadas. Esa no debe ser la forma de hacerse agradable. Esa no debe ser la forma de ganar simpatía y buscar votos, esa no debe ser la forma de integrarse a la construcción de un mejor país. Ese no es el legado que debemos dejar a nuestros descendientes. Reflexionemos y hagamos un alto.

Tenemos la particular opinión de que el gobierno del Presidente Luis Abinader, no es la excelencia, tal vez ni cosa que se parezca, pero que es lo mejor que le ha pasado a nuestro país, en estos tiempos, en circunstancias y condiciones muy difíciles, porque lo ha hecho bien, y sería una insensatez negarle al Presidente, su determinación y espíritu de trabajo diario, su responsabilidad, su honestidad, su transparencia y eficiencia, cualidades con las que se advierte una clara diferencia entre él y los otros, y que éste es el problema, ya  que esa es la percepción real y mayoritaria entre los dominicanos,  y esa es la percepción que se pretende destruir a cualquier precio y precisamente eso es lo que se debe evitar de la mejor manera.

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